El rol del Docente y sus Retos en la Educacion Actual
“El principio de la educación
es predicar con el ejemplo”
Turcot
Resumen
La educación es un proceso fundamental no solo para el desarrollo del ser humano sino para la sociedad en general. El que este proceso sea exitoso o no depende en gran parte del desempeño del docente; quien es el que instruye, guía, transforma e incentiva a sus estudiantes al cambio.
Este trabajo presenta información valiosa sobre el verdadero rol del docente como agente de cambio social y sus retos en la educación costarricense actual, además presenta una reflexión sobre la influencia de la globalización, la era de la información y la tecnología sobre el rol del docente en nuestra sociedad.
Desarrollo
El papel de la educación y el docente como agentes humanizadores, socializadores y transmisores de cultura han sido de vital importancia a través de la historia y en nuestra época actual son primordiales para el avance de la sociedad y el desarrollo humano. La educación la apreciamos hoy en día como una alternativa de desarrollo social, cultural y humano pero esta se ha visto afectada por el ritmo acelerado al que avanza el mundo, los grandes fenómenos que se han venido desarrollando como la globalización y el rápido avance tecnológico entre otros están haciendo que los seres humanos transformen sus formas de interactuar, sus valores, sus intereses lo cual está provocando un desarraigo cultural y la pérdida de la identidad, el aspecto social está pasando a ser reemplazado por una soledad incomprensible, lo social, lo individual y lo humano son dimensiones que han modificado
sus estructuras de ahí que el rol del docente en la educación actual es fundamental para lograr mantener un orden social pero en esta nueva era globalizada el “ educador de la sociedad del desarraigo no está hecho; se tiene que ir haciendo ante la consecuencia de las necesidades y las demandas actuales” (Mardones, 1995:95)
Según María Eugenia Dengo el docente tiene múltiples roles o funciones. “De él se espera que desempeñe una cantidad de roles que resulta aparentemente excesiva: de ahí la complejidad y dificultad de su tarea. Primordialmente, la función del educador implica el difícil cometido de difundir o secular el saber, de ser un puente entre los conocimientos comprendidos en la cultura y la generación joven que se educa para integrarse plenamente a la colectividad de la que es parte. En esto consiste, precisamente, el que el docente sea un actor social, una especie de agente a quien la sociedad delega la función de transmitir y difundir el saber y la formación a la niñez y a la juventud.
De acuerdo a Dengo las funciones del docente se pueden agrupar en tres grandes áreas, la primera de las cuales es la propiamente docente, la de enseñar, la segunda área de las funciones es la relativa al aspecto formativo de la educación, y la tercera la función social.”
a. Función de docente:
Esta función es aquella que consiste en disponer y promover todos los medios didácticos necesarios a fin de lograr un aprendizaje eficaz de los alumnos. Para ello es indispensable que el educador esté bien preparado en el uso de las técnicas pedagógicas y que sea plenamente solvente en el conocimiento de las disciplinas que integran el currículo. El problema no es simplemente enseñar: la tarea es mucho más ardua y complicada, porque el aprendizaje no debe tener un sentido acumulativo, sino que debe ser un proceso de construcción por parte de los educandos; debe ser dinámico y autoformativo, un verdadero crecimiento. Debe incentivarse lo que es más difícil: el aprender a aprender. Para tener la capacidad de lograrlo, el educador ha de tener en su propia persona ese dinamismo y esa creatividad. Debe él mismo investigar, a fin de incentivar actitudes de investigación frente al conocimiento. Debe de ser reflexivo y ejercer su juicio analítico, a fin de producir pensamiento crítico en sus alumnos. Debe tener el espíritu abierto al cambio y al progreso, a fin de propiciar un ambiente de aprendizaje innovador. Debe de tener la vivencia de la libertad, junto con la responsabilidad, a fin de respetar la libertad de los educandos y de brindarles todas las oportunidades adecuadas para irla desarrollando en un sentido constructivo (Dengo, 2007:260)
b. Función formativa:
Otra de las funciones del docente es el formar al estudiante como ser humano integral, para ello el docente debe cultivar las actitudes sociales positivas y solidarias en los educandos, el desarrollo de los valores que orienten su conducta para la vida y para el ejercicio ciudadano responsable. En este sentido, el educador es un guía, un orientador, y un estimulador de actitudes que favorezcan el crecimiento del educando como una persona sana de cuerpo y de espíritu, que busquen la justicia y se dirija rectamente en sus actos. Importante es tener muy presente que el educador proyecta una imagen moral que es irrenunciable, de la cual debe ser plenamente consciente.
(Dengo, 2007:261)
c. Función social:
Esta función es tan importante como la función docente y la formativa; en el aspecto social, el papel del docente debe de ser relevante. La integración a la comunidad es una de las principales formas en que se manifiesta esta función. La comprensión del medio y de las personas que lo constituyen, la relación necesaria con los padres de familia, son los primeros ingredientes en las actitudes sociales que conviene cultivar por parte del maestro. Mucho se ha dicho que el papel social del docente es el del líder: la posición que él tiene en la comunidad, por ello lo primero es tratar de conocer el medio, la realidad social, económica y humana de la comunidad- escuela en la que labora. (Dengo, 2007:262)
d. Otras funciones:
Lorna Rivera escritora de la Revista de la Universidad Cristóbal Colón destaca las siguientes funciones del educador:
1.d Gestor de procesos de aprendizaje con medios interactivos. La finalidad radica en la construcción del conocimiento a través de la tecnología educativa vanguardista, permitiendo al alumno organizar su trabajo.
2.d Guía y orientador. El docente deberá incluir en su nuevo rol la capacidad de ampliar la información, poder contextualizarla con la tecnología adecuada, así como ejecutar, vincular y aplicar lo aprendido a la realidad o el entorno social, económico, político, cultural y actitudinal en el que se desarrolla el futuro profesionista.
3.d En constante actualización. Corresponde al profesor ser el responsable del alumno hacia la búsqueda del conocimiento, orientando a los alumnos, impulsándolos y estimulándolos hacia la investigación o acercamiento de la verdad, a formular propuestas que resuelvan o mejoren las problemáticas de su realidad, productos de los espacios de análisis o reflexión que él mismo genere. En palabras de Zemelman: “Somos sujetos producentes”.
Con relación al punto anterior, el docente tendrá la importante y ardua labor de promover el autoaprendizaje del grupo educativo, creando líneas para lograr tal efecto.
4.d Promotor de valores éticos y morales (congruente con el ser y creer). Por otro lado, nuestra sociedad exige la presencia de un docente que salvaguarde los valores éticos y morales, y se comprometa con sólidos valores (no neutro), lo que permite rescatar al hombre íntegro dentro de una cultura globalizada.
5.d Creativo y de fácil adaptación al medio. El docente deberá ser capaz de crear opciones que permitan solucionar situaciones nuevas e innovadoras que se presenten; por lo que es necesario adaptarse a las circunstancias cambiantes del contexto.
4. Resultados:
Durante todas las épocas de la historia del ser humano se han presentado transformaciones sociales, ideológicas y culturales, la época actual no tiene por qué ser la excepción; sin embargo, lo que sí hace la diferencia entre una y otra es el papel y la actitud que asumamos ante ella.
El rol que juega hoy por hoy la educación y por ende los educadores es el resultado de un compromiso adquirido, quizás de una manera consciente o circunstancial, de convertirse en un medio que no sólo transmita conocimientos o forme hábitos, sino que nutra lo suficiente a todos los involucrados en el proceso educativo.
La globalización y la revolución tecnológica forman parte de nuestra vida cotidiana y, por ser relativamente nuevas, causan expectativa en nuestro medio, lo que significa un desafío que depende del profesional de la educación convertirlo en oportunidad.
Por otro lado, es preocupante la diversidad de jerarquías valorativas, esto es, en épocas anteriores no era tan difícil determinar qué era inconveniente o conveniente, justo o injusto, normal o anormal; además, los referentes específicos a seguir formaban parte de nuestra familia, de nuestro grupo de amigos y, por ende, de nuestra escuela; actualmente, las formas de vida ofrecen como única opción, los referentes que se adquieren a través del contacto con Internet, medios de comunicación, lo que origina confusión en el momento de jerarquizar valores.
Con base en lo anterior, es claro el papel que tiene ahora la educación: ser el medio que equilibre los avances científicos y la esencia de lo humano, promoviendo así, individuos íntegros conscientes
de su trascendencia y, por lo tanto, responsables con las nuevas generaciones.
Pero para ello, es indispensable contar con profesionales de la educación que sean gestores de este nuevo perfil de cambio, que sean capaces de definir sus objetivos, así como la forma de llegar a ellos; que sean referentes congruentes con el ser y el pensar, pero, sobre todo, sembradores de esperanza.
El desafío está planteado y no es menor; los cambios son profundos e imparables y requieren de una visión analítica y reflexiva para no poner en juego el futuro de la escuela y de nuestra sociedad.
5. Conclusión:
En todas las épocas los cambios sociales, ideológicos y culturales están a la orden del día, lo mismo sucede con la era actual; sin embargo, lo que sí hace la diferencia entre una y otra es el papel y la actitud que asumamos ante ella.
El rol que juega hoy por hoy la educación es el resultado de un compromiso adquirido, quizás de una manera consciente o circunstancial, de convertirse en un medio que no sólo transmita conocimientos o forme hábitos, sino que nutra lo suficiente a todos los involucrados en el proceso educativo.
Según lo anterior, nos queda claro el rol que tiene la educación actualmente; ser el medio que equilibre los avances científicos y la esencia de lo humano, promoviendo así, individuos íntegros conscientes
de su desarrollo y evolución por lo tanto, responsables con las nuevas generaciones.
Pero para ello, es indispensable contar con profesionales de la educación que sean creadores y promotores de este nuevo perfil de cambio, que sean capaces de definir sus objetivos, así como la forma de llegar a ellos; que sean referentes congruentes con el ser y el pensar, pero, sobre todo, sembradores de esperanza.
El desafío está planteado y no es menor; los cambios son profundos e imparables y requieren de una visión analítica y reflexiva para no poner en juego el futuro de las futuras generaciones y de nuestra sociedad en general.
6. Bibliografía:
- Dengo, M; (2007): Educación Costarricense. Costa Rica: editorial Universidad Estatal a Distancia.
- MARDONES, J. M., (1999): Desafíos para recrear la escuela. PPC, Madrid,.
- GIMENO, Sacristán J., (2001): Educar y convivir en la cultura global, Morata, Madrid.
- Gómez, J. (2010). Educación y sociedad. Manuscrito no publicado. Material con fines didácticos. UNA
- BAUTISTA, Antonio (2000)."Tres temas tecnológicos para la formación del profesorado" Revista de Educación, 322"
- Propuesta de Reforma al Sistema Educativo Costarricense. 1 Parte: Profesores(as) vrs educadores(as)
- BAUTISTA, Antonio (2000)."Tres temas tecnológicos para la formación del profesorado" Revista de Educación, 322"
- TÉBAR BELMONTE, Lorenzo. (2003) El perfil del profesor mediador. Madrid: Aula XXI/Santillana
Posted on Febrero 20, 2010 by sortilegioseducativos
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